Habitalia Reformas

ENTRADAS PARA LA WEB

¿Reformas en la casa?: Una historia para no dormir.

Una reforma: Historia para no dormir
Paco estaba profundamente dormido en su cómoda cama, cuando de repente escuchó un grito de mujer que le llamaba desesperada:
¡Paco, despiertaaaa ya!-
Paco abrió los ojos y dio un salto de la cama, de una manera tan rápida que ni el mejor canguro de toda Australia, lo hubiese podido superar.
-Pero mujer, ¿Qué pasa? ¿Por qué me despiertas de esa manera? Ni que estuviésemos en medio de un terremoto-
-Pues sí,- dijo María desesperada- algo parecido, si no peor. Mira cómo están la cocina y el baño.
Paco abrió los ojos como dos platos, no pudiendo creer la imagen que tenia frente a sí. Toda su cocina, vieja pero acogedora y sobretodo suya, estaba nadando en agua. De inmediato, sus ojos fueron tan rápidos como sus pies, y fueron juntos hasta su cuarto de baño:
¡No puede ser!- dijo Paco- También está inundado el cuarto de baño. ¿Qué ha pasado aquí?
Pues eso quisiera saber yo –dijo María a punto de darle un ataque al corazón- anoche estaba todo bien.
Paco ya más espabilado de lo que hubiese querido, se armó de toda la paciencia de la que fue capaz y comenzó a revisar en todas partes, para ver si en su gran inexperiencia y con lo poco manitas que era, podía encontrar la razón de tan tremendo desastre hogareño. Fue tal su empeño, que sus esfuerzos visuales y de búsqueda detectivesca cuál Inspector Gadget, dieron resultado:

¡Aquí está! Se ha roto una tubería debajo del fregadero, que es la misma que va hacia el baño- dijo Paco como si fuese Colón acabando de descubrir América.

-Claro, con lo vieja y hecha polvo que está la casa no me extraña que se nos vaya cayendo a pedazos por momentos. – Protestó María- Es hora de que tomemos una decisión con ésto. Yo no puedo seguir llevándome estos sustos. O llamas a alguien para que reforme esta casa entera, o me voy a vivir a casa de mis padres, y te dejo aquí solo con tu súper casa.-sentenció María, sin darle a Paco derecho al pataleo. Y dicho esto salió de casa dando un portazo que hizo que de paso se terminara de caer el pomo  de la cerradura, que ya desde hacía unas semanas estaba amenazando con hacerlo.

Paco, lleno de agua hasta los tobillos, con los pies y el corazón estrujados y mojados de tantas malas noticias juntas, se dejó caer en su sofá, el cual también lanzó un grito de protesta por el peso, dado lo viejo que era. Allí sentado Paco pensó:

“Es mi casa, me gusta. Me la dejaron mis abuelos en herencia y lo agradezco mucho, pero la verdad es que ya no soporta más parches. Está hecha polvo. María tiene razón, si seguimos así en vez de dormir bajo nuestro techo, terminará el techo durmiendo bajo nosotros”.

Entonces llegó a su mente la fatal realidad: “Pero, ¡Es que no tengo dinero! Lo que gano me llega a duras penas para cubrir los gastos, y solo tenemos unos pocos ahorros guardados para imprevistos, que con eso no creo que me alcance para reformar nuestra vivienda. María me ha dicho que lo usemos muchas veces, y yo nunca he querido hacerle caso, y al final va todo de mal en peor. Si es que tiene razón en darme el ultimátum que me ha dado”- dijo con un nudo en la garganta, a punto de rajarse a llorar. 

¿Qué podía hacer nuestro amigo Paco, ante esta dura realidad? No es un manitas, no tiene ni idea de cómo reformar todo lo que hace falta para que su casa esté habitable y decente, y a su vez tiene poco dinero para emprender esta titánica labor?

Pues la solución pensó, era la habitual, la más rápida y a la que casi todo el mundo recurre en primer lugar. Paco rápidamente se acordó que tenía un amigo que era fontanero, que su padre le había dicho que su vecino era carpintero, y que éste a su vez le había recomendado un colega que era albañil y su primo que era pintor.

 ¡Sí! Esta es la solución –pensó Paco lleno de entusiasmo- Voy a llamarles a todos y que cada uno me arregle lo que corresponda. Así me saldrán baratas las reparaciones, y como están acostumbrados a hacer chapuzas, seguro que pueden hacer maravillas con mi casa y darme algo que tenga las tres B: Bueno, Bonito y Barato”

Paco se puso manos a la obra, y muy pronto tenía en su casa a un fontanero arreglándole las tuberías y los atascos, a un albañil haciéndole todas las reparaciones de los ladrillos, las grietas y los tejados, y a un carpintero que por su lado le iba reparando todas las cosas de madera y las puertas. No faltó por supuesto el electricista que le decía que todas las tomas de luz había que cambiarlas, y por supuesto, el pintor que esperaba su turno paciente, para que cuando todos terminaran, él pudiese entrar cual Leonardo Da Vinci, a embellecer con color, todo lo que su brocha y rodillo tocasen.

Pasó un mes,  y Paco se iba alterando con cada día que pasaba, porque lo que pareció la solución a todos sus problemas, se estaba complicando cada vez más. El dinero se le iba agotando, porque los que estaban ocupándose de “reformar” su vivienda, cada vez les salían con un gasto que no estaba previsto, o un material que no sabían que había que comprar, porque hasta que “no abrieron, no vieron”. Y lo que era peor, Paco no le veía fin a toda aquella inmensa obra, porque el fontanero le echaba la culpa al albañil de que al picar la pared le había destrozado una tubería que ya había reparado, el albañil le echaba la culpa al electricista porque decía que le había roto una pared que “ya había dejado nueva buscando dónde estaban los cables que llevaban la corriente al cuarto de baño, y a su vez el electricista decía que el carpintero reparando la madera de las puertas había cortado unos cables “importantísimos” sin darse cuenta. Esto sin contar al pintor que decía que él no tenía la culpa de que después de pintado un cuarto, viniera el electricista y dijera que había que romper la pared para buscar el cable perdido. A todo este lío se sumaba la montaña de escombros y sucio que cada uno iba dejando tras de sí, dejando la responsabilidad al siguiente, de recogerlos y tirarlos.

Todo era un caos y así estaba la cabeza de Paco. Su gran idea de solucionar el problema se había convertido en una “historia de una reforma, para no dormir” La pesadilla se hacía más grande y lo terrible era que mientras tanto él tenía que vivir en casa de sus suegros, tirándose de los pelos todas las noches, porque todos los días ellos le repetían hasta el cansancio, que no sabían como podía permitir que su preciosa hija tuviera que estar incómoda por su culpa y por tacaño.

Todo iba de mal en peor, hasta que un día Paco para evadirse un poco, decidió ponerse a navegar por Internet, sin ton ni son. En una de esas idas y venidas por el universo web, se encontró con Habitalia Decorhome reformas vio que ofrecían una reforma integral de la vivienda por un precio muy económico y además con personal muy cualificado y la garantía de que ellos se hacen responsables de cada obra acometida en la casa por cualquiera de sus profesionales. Entonces…
...¡SE HIZO LA LUZ!
 Paco vio el cielo abierto y rápidamente tomó su móvil, llamó a Habitalia Reformas, hizo una cita y les visitó para explicarles su problema. El personal de esta empresa le atendió con amabilidad y escuchó cada una de sus quejas, haciendo de psicólogos a la vez que de profesionales de la construcción. Una vez que Paco terminó de contarles todo el jaleo que había estado viviendo,  rápidamente le hicieron un plan de evacuación para salir del problemón, un plan de lo que sería la reconstrucción de su casa, y le dieron una clara visión de cómo quedaría su vivienda una vez que ellos terminaran allí su trabajo. Le hicieron un presupuesto donde le  mostraron lo que le costaría, y le aseguraron que no habría sorpresas de última hora, porque era un precio cerrado donde no tendría que pagar ni un euro más. Además le garantizaron la fecha en que tendrían todo terminado.
Paco ni corto ni perezoso, contrató de inmediato los servicios de Habitalia Decorhome reformas, y no solo lo hizo porque le dieron toda la confianza del mundo, sino porque con la contratación de su trabajo, la empresa le regaló para él y su mujer María, una estancia durante todo un fin de semana, en un lugar de relax donde podrían por fin relajarse y disfrutar de la experiencia de tener finalmente, su casa totalmente reformada, con las mayores garantías y al mejor precio.

Ahora vemos a Paco y a María sentados en su hermoso salón, disfrutando de una amena conversación de enamorados, y al fondo se puede vislumbrar su completa y acogedora cocina, mientras se escucha de sonido de fondo, el suave caer del agua al llenarse la nueva bañera de hidromasaje que dejaron instalada los de Habitalia Decorhome reformas, en su nuevo y reluciente baño.

La historia para no dormir, se convirtió en un hermoso sueño hecho realidad.


¿Quisieras ser tú el protagonista de nuestra próxima historia? o bien, ¿Te atreves a contarnos tus experiencias reformando tu casa o alguna parte de ella? El espacio es todo tuyo, ¡Úsalo a tu gusto!